Entre los adolescentes y adultos jóvenes, los deseos de ser mejores estudiantes, amigos, novios, hermanos e hijos ocupan su atención, algunos, los deportistas incrementarán su nivel de rendimiento, los músicos su ejecución, mientras que en los niños la petición general depositada en ellos es ser obedientes para evitar el constante enfado de sus tutores o progenitores.

Resulta ser que según el deseo asociado en el inconsciente, será el que al final de cuentas se manifieste en la conducta, es así como una persona con sobrepeso puede no bajar a pesar de sus intentos, si es que guarda alguna asociación significativa profunda como que su aceptación en la familia depende de ésta imagen y todavía no le "cae el veinte" asociativo que sus momentos significativos de afecto ocurrieron bajo ésta imagen, si es así, ¿cómo dejar el sobrepeso cuando su asociación inconsciente recrea momentos afectivos?, ¿dejará su sobrepeso a pesar de que puede implicarle un deterioro serio de salud?, ésta encrucijada deberá resolverse analíticamente para no sacrificar su estado físico, es así como asociaciones de este tipo se encuentran detrás de cada petición y en cada caso, por lo tanto la pregunta pertinente es que hay detrás de lo que pide el quiere dejar de tomar, de agredir, de ser infiel, de ser desleal, etc.

"Conocernos a nosotros mismos, para poder compartir la vida."

Grandes filósofos y psicoanalistas a lo largo de la historia han concluido que uno de los grandes ejes que nos ocupan a los humanos, es la eterna búsqueda de la felicidad, que por cierto no opera bajo un simple deseo, si no bajo un trabajo analítico que sea capaz de cambiar esos códigos profundos, con la premisa del "Conócete a ti mismo", debido a que en la vida somos nuestro peor enemigo al ser nosotros quienes renunciamos a esos deseos, porque su costo emocional es alto, por lo tanto no basta expresar un cambio como un deseo y después dejarlo en manos de la vida o un ser supremo, el verdadero cambio implica ocuparse de ese deseo, tal vez doce sean muchos cuando todo puede condensarse en el deseo supremo que rige los demás, ojalá que nuestro verdadero deseo en ese racimo de uvas sea "conocernos a nosotros mismos, para poder compartir la vida".

La navidad se convierte en la última parte del año donde se pretende renovarse de aquellas pesadillas de las que el ser humano no puede prescindir. Navidad es un nacer a la oportunidad y un renacer a la continuidad de un año que agoniza, pero que se mantiene estableciendo una especie de intermitencia, una forma de tregua entre los momentos dolorosos y aquellos instantes de reconfortante felicidad, bajo ésta tónica, la navidad es la oportunidad prestada a aquellos que ilusionados pretenden experimentarla.